domingo, abril 30, 2006

Tiquismiquis

Cabe imaginar que los monjes medievales, encerrados en sus monasterios con el pensamiento limitado por los muros de la filosofía escolástica, mantuvieran entre sí conversaciones triviales, limitadas a la vida cotidiana. La expresión ‘discusión bizantina’ o ‘bizantinismo’ alude a las controversias vacías que eran comunes en la Iglesia en los tiempos del Imperio Romano de Oriente.
Se hizo común en esas discusiones la expresión tichi michi (para ti, para mí) en latín vulgar, formada a partir del latín clásico tibi, mihi. Hacia mediados del siglo XVII surgió en español el vocablo tiquismiquis para referirse a ‘reparos o escrúpulos por motivos de ínfima importancia’ o a ‘modos corteses ridículamente afectados’.

La palabra del día

viernes, abril 28, 2006

2005/06

Voy a regalarte una agenda
que dure un año.
Como a una agenda,
voy a arrancarte los días
uno a uno
y a conocerte el final
hasta que acabes.
Como a una agenda
voy a llenarte de cosas
a hincharte con todos mis asuntos
y llevarte bajo el brazo en mi bolsa
todo el tiempo.
Voy a saber qué vendrá después
y qué ha pasado antes
y saber, cuando te acabes,
que ya no he de hacer contigo nada más;
que tu año ya ha pasado
y que ya no servirás de nada.
Más que para guardarme los recuerdos.

10/10/2005

martes, abril 25, 2006

Buscando en la basura

Triste,
como un perro en la autopista
como una tortuga con prisa
como una monja en un burdel.
Solo,
como cuando tú te fuiste
como cuando no te rozan
unos labios de mujer.
Hoy me vuelto a ver
absurdo
como un domingo por la tarde
como las balas por el aire
como el puto despertador.
Inútil,
como los besos que no diste
como un cuerpo que se viste
cuando me desnudo yo.
Y ahora que voy más solo que la luna
negociando gasolina para este amanecer.
Ya ves,
voy buscando en la basura,
unos labios que me digan "esta noche quédate".
Como un borracho en el desierto
como una princesa en el metro
como un reo sin voz
como una navidad sin techo
como un delfín en el mar muerto
como la lágrima que moja tu colchón.
Vacío
como el corazón del rico
como el bolsillo del mendigo
como los besos de alquiler.
Confuso,
como una noche sin abrigo,
como las frases que ya no te escribo,
pa que vuelvas otra vez.
Y ahora que voy más solo que la luna
negociando gasolina para este amanecer.
Ya ves,
voy buscando en la basura,
unos labios que me digan "esta noche quédate".

La Fuga

lunes, abril 17, 2006

cómo

"Las cosas más hermosas merecen ser explicadas con pocas palabras. Las cosas hermosas no necesitan palabras bellas, suntuosas y bien sonantes que las adornen y las alcen. Las cosas hermosas han de ser hermosas por sí mismas. Hay que mostrarlas tal cual son, y la chispa especial de cada cosa aparecerá sola, por sí misma. Frases escuetas. Puntos. Comas. Porque un momento especial, un gesto, cuando uno vive todo eso y siente un escalofrío, o un rubor, o una debilidad súbita, no escucha nada especial, nadie recita, la música no suena. Es sólo algo sutil. Eso es lo que lo hace enorme. Las cosas hermosas son como son, y no hace falta nada más."

¿Cuántas personas han llorado sin lágrimas? Yo también. Pero si puedo decirlo es gracias a todas las personas que lo han hecho antes que yo, y a la primera a la que se le ocurrió esa frase. Un nudo en la garganta. La misma cosa. Son tópicos, lugares comunes. Pero definen exactamente lo que a todos nos pasa.
Intento que mis palabras os afecten por sí mismas, no que sólo os enternezcan por ser mías. Intento que al escribir os olvidéis de quién soy.
El día que consiga explicaros cómo me siento de otra forma, os habré llegado al corazón.

domingo, abril 16, 2006

Hermoso

CosmoCaixa. Domingo de Ramos.
La cola para taquillas llega hasta la puerta de salida y amenaza, como ayer, con llegar hasta fuera. Atiendo, como a cualquier otra persona, a una señora que me pide información. Tiene los ojos claros y grandes, igual que la boca. Parece francesa. Lleva una camisa de lino verde claro y está embarazadísima. Después de explicarle todas las actividades a las que puede ir y lo que puede ver del Museo, y ante la enorme cola, me pregunta: "¿Y no hay entrada prioritaria para embarazadas?". Yo le digo que pienso que no (a mí no se me ha informado de eso), le pregunto a una medio jefa, y dice que no. Pero entre las dos decidimos llamar a la jefa de turno y preguntarle. La señora embarazadísima pone cara de ofendida y dice: "En todos los sitios hay". Bueno, mujer, no se ponga usted farruca. Llamo a la jefa de turno y me dice que en principio no hay entrada prioritaria para mujeres. Le digo las actividades a las que la señora quiere ir, y le digo también que está embarazadísima. Venga, pues, le hacemos las entradas en una taquilla improvisada que tenemos en Información. Delego a la señora embarazada en mis compañeras de la taquilla improvisada y me voy a atender a los demás visitantes ansiosos de Museo.
Pasa un tiempo. No sé cuánto porque pierdo la noción al repetir todo el rato las mismas frases.
Recitando el monólogo sobre las exposiciones del Museo, absorta en las tareas pendientes, notó que alguien me coge cálidamente pero firme la mano izquierda.
Me callo.
Levanto la vista.
"Gracias".
Y la señora de ojos y boca claros y grandes me sonríe.

miércoles, abril 12, 2006

Me duele el aire

Me ahogan las palabras que escribo. Me duele el aire que respiro. Se me alzan de pronto las palabras como cuatro paredes descomunales que me encierran. Y escribirlas me libera, pero verlas escritas me aprisiona, y ya no escribo. Vuestros ojos a veces me hacen daño.
Respiro a base de suspiros. Y ni así me llega el aire.
En cada situación en que me encuentro estoy absorta, imaginando que ya no tengo que esperar, y reiría.
Veintidós años son muchos años de un hacer las cosas. Ahora he conseguido despegarme "los nombres, los rótulos, la historia". He roto "todo lo que encima me echaron desde antes de nacer". Y me paso los reconocimientos externos por el forro mismo de los cojones.
Y con todo eso he hecho una caja de cosas que no han de volver, y pasado un tiempo abriré un armario y las miraré incluso con cariño. Pero aún esa caja me pesa sobre los hombros, y me encorva.
Mientras, yo me escondo en mis ausencias. Cuando no quiero, de verdad, que me encuentren. "Tal vez si mi vergüenza no me ahogara mi voz sería suave y aterciopelada, sin aspavientos". Pero aquí estoy yo, tosiendo verdades a medias.

"En septiembre de 1972, internada en una clínica psiquiátrica, logró convencer a los doctores de que se encontraba estable y le permitieron pasar el fin de semana en su apartamento de la calle Montevideo. No sabían que ella se preparaba para la muerte: la madrugada del 25 de septiembre, Alejandra ingirió una sobredosis de seconal sódico y murió rodeada de sus muñecas que ella misma había maquillado horas antes en una especie de rito de muerte casi teatral aunque macabro. Había dejado escritas en la pizarra de su habitación estas palabras: «No quiero llegar más que hasta el fondo».

"En donde el miedo no cuenta cuentos y poemas, no forma figuras de terror y de gloria.
Vacío es mi nombre, mi pronombre.
Conozco la gama de los miedos y ese comenzar a cantar despacio en el desfiladero que reconduce hacia mi desconocida que soy, mi emigrante de sí.
Escribo contra el miedo. Contra el viento con garras que se aloja en mi respiración.
Y cuando por la mañana temes encontrarte muerta (y que no haya más imágenes): el silencio de la comprensión, el silencio del mero estar, en esto se van los años, en esto se fue la bella alegría animal".

A veces uno no quiere decir nada. Sólo se pretende resumir la intuición de un estado de ánimo.

"Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo»."

A los que les he robado un par de frases, gracias.

lunes, abril 10, 2006

Clarissimo

A los farinelli les cortaban los testículos de pequeños con unos artilugios nada agradables a la vista (como mínimo), y aquéllos que sobrevivían actuaban interpretando papeles tanto de hombre como de mujer ya que la iglesia prohibía a las mujeres subir a escena. Y los farinelli eran muy adorados entre las mujeres.
Claro.
Ya lo entiendo todo.
Y Erzsébet Báthory, la Condesa Sangrienta, mataba y torturaba o torturaba y mataba (hizo ambas cosas) a chicas jóvenes, creyendo que la sangre de ellas la rejuvenecería y la mantendría hermosa. Incluso había ideado un autómata a su imagen y semejanza que abrazaba a quien se le ponía delante para después clavarle unos cuchillos en el abdomen; creó un espejo con reposabrazos para poder observarse tanto tiempo como quisiera; y una jaula-bola demasiado estrecha para sentarse y demasiado baja para ponerse de pie que, además, hacía otras cosas.

Mira tú, cómo vamos a tener un mundo bueno con semejante pasado.

Escrito en España

La noche de Santiago
Para que una iglesia de fuego abierta en la noche revele una iglesia de piedra luces constelan el instante:
ramo de luces rosadas
ramo de luces verdes
ramo de luces lilas
ramo de luces azules
rosadas
verdes
lilas
bajo la lluvia.
Cuando estalla el aro de fuego verde vivamente abrazado al aro de fuego azul vivamente abrazado al aro de fuego lila. Criaturas de negro en la lluvia -tou le monde attendait quelque chose. La lluvia sobre nosostros pero los fuegos tenían tiempo de vibrar, de restallar, de danzar unos segundos.
Cuando se arquearon en la niebla ramalazos de crudas luces ingenuas en honor de Santiago yo comprendí -en el jardín, entre niños asustados- que yo, en la niebla (luces ingenuas), no había podido comprender crudas luces en aquel jardín en donde de niña asustada debí comprender cuando se arqueaba la lluvia en ramalazos turbios, grises.
Criaturas en la niebla -tout le monde attendait quelque chose. Contemplar los fuegos de artificio, decirse profundo, gritarse en la boca de la caverna, anunciarse que algo restalla en la niebla. Una propuesta o algo, en fin, a modo de repsuesta o dulce o nefasta, o algo, en fin, a modo de voz venida de la exterioridad más pura.
Pero un restallida en el aire o niebla o lluvia no puede apaciguar, no cerrar una herida.
No cierra una herida una campana. Una campana no cierra una herida. Fue la noche de Santiago. Llovía moroso en el jardín del Hostal. Me voy a ver los fuegos -dijo- con la gente de negro que vino de muy lejos a ser cuerpo presente (en la plaza iluminada por fuegos que se suceden cada vez más vertiginosos porque la lluvia impedía su natural despliegue, evolución y muerte). Sí -dije- ve, ve, ve (sintiéndome, oh siempre, en el centro exacto del abandono). Vi sus ojos en el resplandor cortado de oscuridades hirientes, súbitas. Vi sus ojos en el sonido de la tormenta, en los colores ardiendo como pájaros muy efímeros. Que se vaya -me dije-, yo no pretendo, no intento, no comprendo. No me dejes -dijo-, no me exiles de ti. En lo alto, en lo puro del abandono. Llamarme a mí pequeña abandonadora. Antes de desaparecer vi sus ojos no comprendiendo. Trémulo gesto de mi cara para ir a llorar importantemente en la noche del no se sabe quién es abandonado.

En el camino Santiago-León
Aquello de un único crepúsculo. De un solo solitario gesto de abandono. El no haber visto la nube rosada, la nube de un rosa incinerado; rosa y gris era y era una amenazadora rosa quemada. Detrás, verde y oro. Tan luminosos. Cortejo de nubes grises, rosadas, verdes. Sobre todo la fragancia mental a rosa quemada. En la boca de la muerte ardidas rosas. Crepúsculo inigualado entre Santiago y León. Sentía mi cara de asombrada al borde de la nube. B. se reía. Conduce el auto mirando todo excepto el camino. Si se olvidara del volante, de los frenos. Un metro de olvido et voilà un joli tableau: garçon et fille sur gouffre bleu. En boca de la muerte amantes ardidos. Confiando yo en que era escorpio. Pero no quiso precipitarnos. Entonces, ni las nubes de hoy habrían de consolarme. Por otra parte, ¿quién busca consuelo? Voy a hablar de la vida, señores, voy a hablar de la vida. Por la noche todos los abandonos. Su respirar, su silencio perfecto. Yo en boca de la muerte, insomne y consecuente en mi oficio de idiota desamparada. Pero con el nuevo secreto dentro de mí la peur fout l'camp. Exactamente como una idiota lloré en El Escorial frente al tríptico (falso) de Bosch, pidiendo, sí, pidiendo que me dijera que no tuve razón (como si me interesara tenerla) al decirme debajo de las nubes maravillosas que las nubes no me ayudaban a no querer morir. Y el miedo por haber pensado en escribir un poema sobre esas nubes. Eso fue sórdido. B. contemplaba serenamente. B. no escribe. Luego, no se considera dueño del rojo crepúsculo. Ahora sí tenés cara de poeta -dijo. Me odié. Pero sin duda yo había pensado en el poema para que trascendiera a mi cara, para hacer del proyecto del poema y de mi cara un filtro de amor (sangre tierra de cementerio, saliva de milano, agua de alondras, halo de ángel mudo...). Esto está tan oscuro.
Inminencia. Los ojos se estrellan, no son etsrellas, no disponen de luz propia. Tanto para apaciguar dos ojos. En dónde guardan los ojos sus tesoros. Fiesta incesante en mis ojos mientras en la garganta es miércoles de ceniza, no, es el sabbat, desnudos danzan, alaridos toda la noche, toda la noche es ríspido, abracadabrantoso, rocalloso, pétreo, grietas, desgarraduras, páramo mi palabra, páramo mi lugar de origen, es de noche, danzan, caminan por los muros, danzan en mi garganta, profanacaión, vértigo, si sabíais que yo no.
Cuando habla con su voz, cuando en la playa cerca de Santillana del Mar su voz. Aleteos en mi sexo como en Fuentemilanos el yermo bajo alas negras aleteando (yo sobre su cuerpo como un pájaro singularmente herido). Todo lo que su voz nombra es razón de mi amor. (Ellos alargan sus sombras, hunden sus garras en mi garganta).
Aquello de un único crepúsculo. Para poder mirar las nubes medité previamente en mi suicidio. Para poder amar las nubes, mi último estío, mi último hastío."

Alejandra Pizarnik

domingo, abril 09, 2006

Reducción del infinito

Obligaciones diarias

"Acuérdate del pan,
no olvides aquella cera oscura
que hay que tender en las maderas,
ni la canela guarneciente,
ni otras especias necesarias.
Corre, corrige, vela,
verifica cada rito doméstico.
Atenida a la sal, a la miel,
a la harina, al vino inútil,
pisa sin más la inclinación ociosa,
la ardiente grita de tu cuerpo.
Pasa, por esta misma aguja enhebradora,
tarde tras tarde,
entre una tela y otra,
el agridulce sueño,
las porciones de cielo destrozado.
Y que siempre entre manos un ovillo
interminablemente se devane
como en las vueltas de otro laberinto.
Pero no pienses,
no procures,
teje.
De poco vale hacer memoria,
buscar favor entre los mitos.
Ariadna eres sin rescate
y sin constelación que te corone."
Ida Vitale
O la doble cara del ritual de las pequeñas cosas, y su prisión.

miércoles, abril 05, 2006

Fatalidad. Nada es lo que era.

Acabo de descubrir, para mi asombro y horror, que las gomas Staedtler, aquellas de la funda de cartón, ya no son como antes.
En vez de la hilera de logotipos de staedtler (cómo jode escribirlo bien) que había en las gomas de antes, ahora hay pequeños logotipillos en las dos caras grandes de la goma, como si fuera un estampado.
Y como hay estampado de logotipillo en ambas caras, ya no están aquellas letras azules que rezaban:
staedtler
Mars Plastic
Y lo que es peor aún, aún no contentos con lo de antes, resulta que el cartón que envuelve la goma sale y entra a la perfección.
¿A dónde fueron aquellos intentos vanos por volver a meter la goma dentro de la funda una vez se sacaba la goma; aquella tentación divina de querer sacar la goma, a pesar de saber a ciencia cierta que no volvería a entrar; aquel juego estúpido de querer hacer coincidir las letras azules de la goma con las letras blancas del cartón?
Atónita, sigo jugando con la goma nueva. Y reitero: entra y sale hasta con holgura.
Desolada, os informaré en los días sucesivos de si, por la más grande de las suertes, el cartón se desliza tan fácilmente sólo porque la goma es nueva.

lunes, abril 03, 2006

Mierda para todos (o comer durante los telediarios)

Rocío Jurado ha vuelto a España, después de dos meses en Houston - bueno, a ver si se repone del todo
Rocío Dúrcal ha muerto – vaya, me sabe mal
y Sara Montiel está desconsolada – normal

el mundo del corazón está convulsionadísimo

no sé qué alcaldesa, liposuccionada, bailando con su escolta – curioso
pero es la alcaldesa de Marbella – Marbella, ese sitio en el que todo quisqui –sí, TODO- especula y desvía fondos

por lo visto Eduardo Zaplana dijo que él se había metido en política, no porque se preocupara por el país, la sociedad o vete a saber, sino para forrarse. - Esos son sus principios, pero no creo que tenga otros. En cambio, si Zapatero negocia con ETA es antidemocrático, además de prácticamente el hijo de Lucifer. Pero aquí Zaplana dice semejante burrada, y con la boca abierta, y nadie se acuerda ni dice nada.

¿y de qué coño se ríe Susanna Griso en todas las noticias?

Condoleeza sale por la tele hablando y yo doy gracias al Señor por haber estado ayer metida una hora en la piscina y tener los oídos taponados. Por suerte o por desgracia, no me entero de lo que pasa en Oriente Próximo.

Alonso volvió a ganar –la F1 vuelve a aburrir-, hizo el conejito al salir del coche y petaron como 2 o 3 coches, al menos. Y en los Informativos de Telecinco hasta se han esmerado en hacer los porcentages del minuto más visto del GP del domingo. A Button le petó el motor a 15 metros de la linea de meta.
Los árbitros no pitan lo que deben, y la afición se mete de ostias para pasar el rato.

A una chica de Pakistán la violaron porque su hermano había estado con una mujer de una casta superior, supuestamente – claro, ya lo entiendo
Y ella, con la indemnización que le dio al final el Gobierno, levantó varias escuelas - ole sus cojones

En la República Checa están 7 regiones en estado de excepción por las inundaciones y riadas, y hay gente que navega por la “calle” en lanchas a la altura de las farolas - Eso es que te has quedado sin casa y que vives en los tejados

pero yo me animo porque veo una noticia sobre el lenguaje de signos, y aparece un cura dando la misa y signando, y me emociono. Y me acuerdo del partido del Barça del domingo, porque un niña sorda y futbolera le había podido pedir a Ronaldinho que para celebrar un gol levantara las manos e hiciera girar las muñecas, porque así aplaude la comunidad sorda. Y Ronaldinho marcó, corrió y aplaudió.
Pero después aparece una noticia sobre Férrez, un brasileño crecido en las favelas, que ha escrito un libro, estilo Ciudad de Dios. Y dice que de las 50 personas con las que vivía en la favela le quedan dos amigos. Y no porque sea una persona de difícil carácter. Sino porque todos los demás están muertos. A los demás los mataron. Y que incluso hoy en día intenta evitar hacer amigos por si alguno acaba muerto.

Y lo mejor de todo es enterarse de que aquel bebé italiano al que secuestraron, al que tenían que medicar cada 12 horas, está muerto. Y murió a la hora y media de ser secuestrado, pero Italia se pasó dos meses pidiendo que devolvieran al niño. Y no es que muriera. Lo mataron a golpes con una pala porque los secuestradores tenían miedo de que los delatara. El niño había estado llorando y gritando. He ahí la delación.

Que nadie me diga que tengo que estar informada.
Que algún día alguien que haya estado en mi casa tomando café pueda secuestrar a mi hijo enfermo de año y medio porque mi marido no le haya dado el dinero de la caja postal en que trabaja. Y que maten a mi hijo a golpes porque lloraba.

Con un poco de suerte algún día me iré, y os darán a todos por el culo.

Ya lo decían...
“No, ya no puedo quedarme aquí, si tú quieres quédate tú.
Esta vida no es para mí. Yo quiero vivir.”