lunes, agosto 08, 2005

Cuentos en COMràdio

Cada domingo de verano, de 13 a 14 del mediodía, puede escucharse en COMRàdio (www.comradio.com) el programa infantil El Galliner (http://www.comradio.com/programes/programa.asp?id=243) www.elgalliner.info .
Los presentadores son Clara Darder i Xavier Gil que, como supongo que sabréis la mayoría de vosotros, es amigo mío.
El programa es infantil, como ya he dicho, y tienen diferentes secciones, noticias y concursos, de manera que los niños puedan participar en el programa al máximo. Y además regalan premios si los niños que llaman para participar contestan bien las preguntas de los concursos.
Por la parte que me toca, resulta que tienen una sección de cuentos que explica la Iaia Marina, y a mí me dijeron si podía ser yo quien escribiera los cuentos.
Así que si queréis escuchar un programa para niños o tenéis algún niño con quien lo podáis escuchar, hacedlo. Y de paso escucharéis algún cuento mío, que la verdad es que les queda bien chulo (y además me hace ilusión :) )

Ale, para los de Barcelona, 91.0!!
A gozarlo!

jueves, agosto 04, 2005

Diga?

Supongo que la mayoría de vosotros ya sabréis cuál era mi trabajo hasta hace bien poco (ahora estamos de vacaciones): el digno trabajo de las encuestas telefónicas.
Todo el mundo, cuando digo que trabajo en eso, me mira con una cara rara y lo primero que me pregunta es: "¿y no hay mucha gente borde?". Supongo que todo el mundo lo pregunta porque todo el mundo suele ser borde cuando una persona desconocida llama a su casa con toda la idea de meterle un rollo patatero que normalmente no le importa lo más mínimo. Yo contesto: "Bueno, hay de todo". Y la verdad es que al principio yo pensaba que me iba a comer más mocos de los que me he comido, pero no por eso dejo de tener un cierto dilema ante este trabajo mío.

Lo cierto es que me he encontrado gente muy estúpida. Salvando a los abuelos, que directamente te dicen que no les interesa (tantas estafas a abuelos como ha habido), y que la mayoría de las veces la gente se piensa que son ventas y ya tiembla, ha habido gente muy desagradable. Están los que te gritan, si llamas a las 4 de la tarde (sobretodo al sur), que esas no son horas de llamar, por Dios. También me lo tienen dicho a las 5 o a las 6, pero bueno. Están los que te gritan que ya están hartos de que les llame todo el mundo, que todo quisqui molestando por teléfono y que borre sus números de esa lista... yo lo haría, señor/a.
Una vez lo que parecía ser un chaval de unos 15 años más o menos, después de que yo me presentara y toda la troca, me gritó: "Vete a la mierda!!".
Bueno, el último estudio que tuvimos que hacer era para la cerveza Damm, y consistía en llamar a los bares preguntándoles una retahíla interminable de preguntas sobre la revista que les envía la Damm (yo creo que sería mejor preguntar sobre otras cosas, porque la revista se la pela, no? pero bueno). Hay que comprender que estamos en temporada alta y que la gente de los bares y restaurantes no puede estar perdiendo el tiempo con encuestas telefónicas a las horas que más lleno tienen el local. Pero tampoco hace falta perder la educación, ¿no? Una señora, cuando le expliqué de qué iba la encuesta, me dijo: "¿Cuánto me pagas por contestarte esta encuesta?" Ante esto, una pimpolla como yo que lo que quiere es sacarse cuatro duros porque precisamente no tiene dinero, contesta: "Yo sólo le puedo dar las gracias." A lo que la otra contesta que entonces no me responderá la encuesta. La lerda fui yo por no decirle: "Y si yo voy a tu bar, ¿tú cuánto me das porque me beba una cerveza??" En fin, gente que le alegra uno el día, a tulipán.
Por otro lado estaban los viejos verdes (o no tan viejos). Resulta que antes la revista esta que envía la Damm llevaba de póster central una señorita muy guapa, llamémosle así. Una de las preguntas de la encuesta era: "¿Ha notado algún cambio en el diseño de la revista últimamente?" Respuesta de más de uno: "Sí, jaja, la chica esta que salía y ahora ya no sale, jaja". Bueno, según cómo fuera el hombre hasta me hacía gracia, porque era simpático el susodicho en cuestión. Mi pregunta es: ¿tengo que aguantar, además, que me digan "sí, sí, la chica esa que era muy guapa como tú" y a llamarme hermosura y a decirme que si yo era como la chica del póster"??? Pues no lo tengo yo muy claro. Y una aguantando como una campeona para que al entrevistado no le diera por colgar y joderme la encuesta.
También están los que te sueltan: "Mire, señorita (el señorita me repatea un poco, lo reconozco), ahora estoy trabajando." Eeeeemmmm... ¿y yo qué estoy haciendo? ¿Un puzzle?
Y luego hay cosas no tan molestas pero también ligeramente desagradables, como que te espeten "dentro de media hora!!!" y cuelguen sin más ni más, o que ni siquiera digan "dentro de media hora" y cuelguen sin más ni más. Una no se lo toma como algo personal -sería idiota- pero cada cosilla de estas va pesando, y al final a una le sabe mal, más cuando intenta ser siempre lo más educada, agradable y amena posible.

Y ahora me voy a poner del lado de todas esas personas a las que le suena el teléfono y oyen mi voz. Primero de todo quiero decir que no estoy de acuerdo con la manera de actuar de las empresas que cogen los datos personales de las personas deliberadamente para su provecho. Creo que habría que encontrar otra forma de poder hacer estudios de mercado (ya están estos en los que te pagan algo, pero sigue habiendo las encuestas telefónicas). ¿Esto qué es? Esto es pillar el teléfono de una persona cualquiera con toda la jeta y llamar a su casa, privada, como si tal cosa. O lo que es lo mismo, se pasan la intimidad de las personas por donde yo me sé. Así que si tú estás en tu casa o en tu negocio y te llama alguien que no conoces y no sabes cómo narices ha conseguido tu teléfono y te importuna cuando tú estás haciendo lo que te dé la gana precisamente porque estás en tu casa... pues quizá sí que podrías contestar mal.

Y he ahí mi dilema. Hasta qué punto puedo quejarme de que la gente me conteste mal.

A veces me vienen ganas de decirles que si sus hijos trabajaran de encuestadores telefónicos les jodería bastante que algún borde les contestara como me estaban contestando a mí. Pero nunca lo he dicho.
Por suerte, el otro día un señor, al acabar la encuesta, me dijo: "Ale! Ya cobras!!" Y yo le contesté que sí, y él me dijo: "es que mi hija también trabaja en esto de las encuestas". Oye, pues me hizo mucha ilusión.
Esto es como cuando eres peatón toda la vida y no te das cuenta del poco civismo que tenemos como peatones hasta que intentas ir por la calle en bici.

Ah! Y los bares y restaurantes de la gente que me trató bien los tengo apuntados para ir algún día. Sin ir más lejos, hay un bar en la Barceloneta que se llama Jai-k, al que quiero ir. ¿Quién me acompaña?

En fin, a ver vosotros qué opináis.

P.D. Ah! y aunque no tenga mucho que ver, no sabéis lo mal que sabe no poder hacer encuestas a los yayos mayores de 65 años. Que las abuelas y los abuelos de 80 años suelen ser los más amable y educados, y como se supone que están fuera del mercado no se les puede hacer encuestas. Y que te digan: "Claro, como somos muy mayores no les servimos, ¿no?". Lo que intentamos es hacerles un par de preguntas para que crean que ya les hemos hecho el cuestionario. Pero vaya, que es una lástima no incluirlos. Muy nazi....