miércoles, diciembre 21, 2005

Nuevo blog!

Hace 6 mesetes escribí esto en el segundo post de mi vida:

"Hace poco tuve la idea de crear una página para mí en la que hubiera espacio para cosas bien diferentes. Por un lado pensé que me podría servir para hablar de temas en general, más o menos trascendentales, y comentarlos con vosotros. Por otro lado pensé que podía ser un espacio para compartir con vosotros descubrimientos que haga yo de este mundo que es el nuestro, vete a saber. Y por otro lado también pensé que me podría servir para colgar esas historias tontas que escribo de vez en cuando, y así conocer vuestra opinión o, como poco, irme haciendo un público. ¡¿A que sí?!"

El que esté leyendo esto sabrá que mis dos primeros propósitos más o menos se han cumplido. Faltaba el tercero...

Y para eso tenemos: Cuentos de ciudad

www.alfondoaladerecha.blogspot.com

(pido perdón por la url escogida. Cuando se me ocurra algo mejor la cambiaré)

¡¡mis cuentos!!

martes, diciembre 20, 2005

Vuelvo del gimnasio

Me tengo que dar motivos cada día para sentirme orgullosa de mí, si no me despierto tarde (palabra tan grave) y sin ganas sin saber por qué, después de haberme dormido acariciando los bordes de una imagen como si de un jarrón a medio hacer sobre el torno se tratara, acariciándola tanto y quitándole las rugosidades que hasta Platón se sentiría orgulloso (ay, Platón, que me traes por el camino de la amargura). Y después me entero de que Oscar Wilde anda diciendo que the one charm about marriage is that it makes a life of deception absolutely necessary for both parties.
Sería gracioso irse de bares con Platón y Oscar Wilde.
Conclusión: ¿y a mí qué me preguntas? Yo sólo quiero despertarme, trabajar, estudiar, ir al gimnasio y, al volver, encontrar a quien darle un beso.

Todos/as contra Alcampo (¿?)

Hoy me ha llegado este email, referente a otro email que llegó hace unos días (y que también adjunto, más abajo):

<< Hola! No sé..., crec que res d'això té sentit. Tampoc sé realment què passa. Per què es fa boicot al cava català, al "la caixa"? per què l'hem de fer nosaltres a Alcampo? Tots aquest boicots que comencen , per una cosa que encara no ha passat (l'estatut), i que el què fan és encendre els ànims. Sembla que es tracti de tocar la víscera enlloc de la raó. tal i com començava, " crec que res d'això té sentit."
(Hola! No sé..., creo que nada de esto tiene sentido. Tampoco sé realmente qué pasa. ¿Por qué se hace boicot al cava catalán, a "la caixa"? ¿Por qué lo tenemos que hacer nosotros a Alcampo? Todos estos boicots que empiezan, por una cosa que aún no ha pasado (l'estatut), y que lo que hacen es enceder los ánimos. PArece que se trate de tocar la víscera en lugar de la razón. Tal y como empezaba, "creo que nada de esto tiene sentido".)
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Este cartel, es el que podemos encontrar si vamos a algún Alcampo fuera de Cataluña. Así que como se piensan que aquí somos "tontos" y no recibimos las noticias de fuera de Cataluña ...NO COMPREIS en los supermecados de ALCAMPO!!!!!!!!!!!!!!!!













>>

(Para más surtido en cavas, estuches de regalo y cavas no catalanes visite nuestra exposicion especial situada a la espalda del pasillo de congelados. Gracias y felices fiestas.)

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El email del boicot no lo reenvié. El email que me ha llegado hoy me parece bastante más sensato.

lunes, diciembre 19, 2005

Pero a tu lado

En respuesta a la petición de la Cristtie de canciones bonitas.
En honor a Enrique Urquijo, la Pami y todas las personas que se saben esta canción.


Pero a tu lado
He muerto y he resucitado
con mis cenizas un árbol he plantado
su fruto ha dado
y desde hoy algo ha empezado.

He roto todos mis poemas
los de tristezas y de penas
lo he pensado
y hoy sin dudar vuelvo a tu lado.

Ayúdame y te habré ayudado
que hoy he soñado
en otra vida, en otro mundo
pero a tu lado.

Ya no persigo sueños rotos
los he cosido con el hilo de tus ojos
y te he cantado
al son de acordes aún no inventados.

Ayúdame y te habré ayudado
que hoy he soñado
en otra vida, en otro mundo
pero a tu lado.



Los secretos

sábado, diciembre 10, 2005

Nada (II)

Me parecía que de nada vale correr si siempre ha de irse por el mismo camino, cerrado, de nuestra personalidad. Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, otros para mirar la vida. Yo tenía un pequeño y ruin papel de espectadora. Imposible salirme de él. Imposible libertarme. Una tremenda congoja fue para mí lo único real en aquellos momentos.Empezó a temblarme el mundo detrás de una bonita niebla gris que el sol irisaba a segundos. Mi cara sedienta recogía con placer aquel llanto. Mis dedos lo secaban con rabia. Estuve mucho rato llorando, allí, en la intimidad que me proporcionaba la indiferencia de la calle, y así me pareció que lentamente mi alma quedaba lavada.En realidad, mi pena de chiquilla desilusionada no merecía tanto aparato. Había leído rápidamente una hoja de mi vida que no valía la pena de recordar más. A mi lado, dolores más grandes me habían dejado indiferente hasta la burla...
Corrí, de vuelta a casa, la calle de Aribau casi de extremo a extremo. Había estado tanto tiempo sentada en medio de mis pensamientos que el cielo se empalidecía. La calle irradiaba su alma en el crepúsculo, encendiendo sus escaparates como una hilera de ojos amarillos o blancos que mirasen desde sus oscuras cuencas... Mil olores, tristezas, historias subían desde el empedrado, se asomaban a los balcones o a los portales de la calle de Aribau. Un animado oleaje de gente se encontraba bajando desde la solidez elegante de la Diagonal contra el que subía del movido mundo de la Plaza Universidad. Mezcla de vidas, de calidades, de gustos, eso era la calle de Aribau. Yo misma: un elemento más, pequeño y perdido en ella.
Llegaba a mi casa, de la que ninguna invitación a un veraneo maravilloso me iba a salvar, de vuelta de mi primer baile en el que no había bailado. Caminaba desganada, con deseos de acostarme. Delante de mis ojos, un poco doloridos, se iluminó aquel farol, familiar ya como las facciones de un ser querido, que se levantaba sobre su brazo negro delante del portal.En aquel momento vi con asombro a la madre de Ena que salía de mi casa. Ella me vio también y vino hacia mí. Como siempre, el hechizo de la dulzura y de la sencilla elegancia de aquella mujer me penetraron hondamente. Su voz entró por mis oídos trayéndome un mundo de recuerdos.
-¡Qué suerte haberla encontrado, Andrea! –me dijo-. He estado esperándola en su casa mucho tiempo... ¿Tiene usted un momento para mí? ¿Me permitirá que la invite a tomar un helado en cualquier sitio?>>.

Una página más tarde empezaba la tercera parte del libro. Se me había hecho tarde. Guardé el libro, me levanté y me dirigí hacia donde había quedado con mi madre. Justo entonces empezó a llover.

Nada (I)

Salí de la facultad antes de tiempo. Aquel día, además, había quedado para comer con mi madre, así que tenía más rato del que yo había previsto para llenar como buenamente pudiera. Empecé a subir por la calle Villarroel, cortando por cada semáforo que encontraba en verde, como siempre. De esta manera, acabé llegando a la Diagonal por la calle Casanova. En esa esquina hay una cafetería restaurante. Entré, pedí un café con leche y un donut y fui al servicio. Al volver, el almuerzo me esperaba. Me senté en una mesa que estaba al lado de la ventana. En el lado opuesto de la cafetería, unos argentinos parecían tener una conversación interesante. Yo me puse a leer Nada, de Carmen Laforet. Ya llevaba leído más de la mitad, así que la forma de ser y de pensar de Andrea, la protagonista, resultaban elementos del libro familiares para mí. La chica estaba ilusionada porque un pretendiente de ella (al que a ella a veces aborrecía sólo un poquito) le había invitado a su fiesta de cumpleaños, y además días antes le había llenado la cabeza con sueños de playas lejanas, que pudieran hacer que ella olvidara el infierno de su casa de la calle de Aribau. Al cabo de unas páginas, y antes de que se me enfriara el café con leche, cerré el libro, pagué y salí de aquella cafetería. Aún me quedaba un rato hasta que llegara la hora a la que había quedado con mi madre, así que busqué un banco entre las motos aparcadas en la Diagonal. Me senté, me acomodé con la chaqueta y el pañuelo, pues hacía mal tiempo –parecía que iba a llover- y yo estaba un poco resfriada, abrí el libro, y seguí siguiendo la vida de Andrea. Resulta que la fiesta había sido un fracaso, pues su pretendiente tenía que estar atento a todos sus invitados y, como ella no conocía a nadie, pasó la mayor parte del tiempo sola. Eso, añadido al hecho de lo ridícula que se empezó a sentir puesto que los demás iban bien elegantes, y que el vestido de ella, que en su casa había parecido precioso, se estaba convirtiendo en un traje vulgar. Ella se sentía vulgar, además de pequeña y sosa. Al cabo de todo, llegó su supuesto pretendiente y le dijo que una chica que a Andrea le había parecido altiva se le había declarado y, claro, con lo inteligente y guapa que era... En fin, Andrea tuvo que marcharse; desilusionada.

<< El aire de fuera resultaba ardoroso. Me quedé sin saber qué hacer con la larga calle de Muntaner bajando en declive delante de mí. Arriba, el cielo, casi negro de azul, se estaba volviendo pesado, amenazador aun, sin una nube. Había algo aterrador en la magnificencia clásica de aquel cielo aplastado sobre la calle silenciosa. Algo que me hacía sentirme pequeña y apretada entre fuerzas cósmicas como el héroe de una tragedia griega.
Parecía ahogarme tanta luz, tanta sed abrasadora de asfalto y piedras. Estaba caminando como si recorriera el propio camino de mi vida, desierto. Mirando las sombras de las gentes que a mi lado se escapaban sin poder asirlas. Abocando en cada instante, irremediablemente, en la soledad. Empezaron a pasar autos. Subió un tranvía atestado de gente. La gran vía Diagonal cruzaba delante de mis ojos con sus pasos, sus palmeras...>> .... Sí, es verdad, sus palmeras.... <<..., sus bancos. En uno de estos bancos me encontré sentada, al cabo, en una actitud estúpida. Rendida y dolorida como si hubiera hecho un gran esfuerzo.

...

No soy yo

Por una rendija espío y encuentro lo que no quiero encontrar. Y, sabiéndolo, aún a riesgo de encontrar lo que no quiero, vuelvo a mirar y otra vez me decepciono.
Vuelvo a casa en un coche que no es de nadie, y de fondo Freddie Mercury le jura a alguien que cuando se haga viejo seguirá a su lado para recordarle cómo aún le quiere.
"Yo no creo en el destino, pero me encanta que pasen estas cosas." Excepto cuando estas cosas reafirman algo que está doliendo. No era necesario, ¿verdad? En algunos momentos cualquier clavo ardiendo es bueno para aferrarse, no hace falta que anden sonando canciones míticas por la radio. No mientras sea yo el único que las escuche.
Escribir siempre hace menos ruido que hablar; quizás por eso no pregunto. Pero sólo quizás.
El resto lo seguiré guardando en una cajita, por si me lo quitan.

martes, diciembre 06, 2005

Ojalá que el deseo se vaya tras de ti


Ojalá

Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin tí.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.

Ojalá se te acabé la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.

Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de tí,
a tu viejo gobierno de difuntos y flores.

Silvio Rodríguez

domingo, diciembre 04, 2005

"Un gorrión puso en peligro un récord mundial"

"Ésta es la pequeña historia, con resultado fatal, del récord batido por un gorrión común en suelo holandés. El pajarito en cuestión irrumpió la passada semana en el Centro de Exposiciones de Leeuwarden, en la provincia de Frisia, justo cuando un grupo de amantes del derribo controlado de fichas de dominó trataba de batir la marca mundial del ramo. Los aficionados llevaban varias semanas colocando 4.155.476 fichas que luego sería tiradas por riguroso orden y en medio de gran expectación. Otro tanto hacían las cámaras de la cadena comercial de televisión Endemol, que tomaba posiciones después de haber vendido la transimisión a 16 países.
En eso, entró en la sala el pizpireto gorrión. Un pajarito de unos 12 centímetros de la cabeza a la cola, especie protegida en Holanda desde el año pasado, que derribó solito 23.000 fichas. Según los organizadores, ni hubo forma de atraparle. Temerosos de que el diminuto invasor obtuviera su propio e inesperado récord, llamaron a un experto que acabó con él de un disparo. "Lo sentimos mucho, pero hubo que hacerlo", diría luego Jeroen van Waardenberg, en nombre de la emisora. "A ver si alguien abate a los jovencitos que tiran por error las fichas", contestaron furibundos los amantes de los animales. Ante el tono que adquiería la discusión -hubo radios que ofrecieron recompensas por desbaratar el laberinto de las ya preparadas- se abrió una página de condolencia en Internet. En pocos días recibió 24.000 mensajes.
Al final, el récord fue batido -en 2004 habían caído 3.992.397 piezas- y Hans Peeters, de la Asociación holandesa Protectora de Aves, hizo una sensata reflexión: "Más valdría que se canalizara tanta energía por un gorrión en salvar a la especie", dijo. Pero hasta él era consciente de que uno solo pasaría a la historia. El del dominó.- ISABEL FERRER, La Haya."