Por una rendija espío y encuentro lo que no quiero encontrar. Y, sabiéndolo, aún a riesgo de encontrar lo que no quiero, vuelvo a mirar y otra vez me decepciono.
Vuelvo a casa en un coche que no es de nadie, y de fondo Freddie Mercury le jura a alguien que cuando se haga viejo seguirá a su lado para recordarle cómo aún le quiere.
"Yo no creo en el destino, pero me encanta que pasen estas cosas." Excepto cuando estas cosas reafirman algo que está doliendo. No era necesario, ¿verdad? En algunos momentos cualquier clavo ardiendo es bueno para aferrarse, no hace falta que anden sonando canciones míticas por la radio. No mientras sea yo el único que las escuche.
Escribir siempre hace menos ruido que hablar; quizás por eso no pregunto. Pero sólo quizás.
El resto lo seguiré guardando en una cajita, por si me lo quitan.
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