Más de mierda cuanto más a posteriori, que, aunque sí, no tanto mientras lo vivía.
Esta mañana me he dado cuenta de que este cuatrimestre me he encontrado mal muchos días, más de los que yo prefiero, teniendo presente la rabia que me da la gente que siempre está débil. Posiblemente porque yo no soy de esas personas.
En el viaje de 8º, en una escapada furtiva y nocturna del apartamento, me asaltó en pleno camino uno de los profes con los que íbamos. Obviamente, me preguntó por el motivo de mi no estancia en ese momento en mi apartamento. A lo que yo solté, con toda la jeta, que me encontraba mal y me dolía la cabeza. Así que el profesor me llevó hasta el apartamento de los profesores y me dio una aspirina (Soltar semejante excusa. Que el profe se lo crea. Es lo que tiene ser empollona con cara de niña buena).
Pero eso sólo es una anécdota.
El verano de no me acuerdo qué curso, fui a Menorca con el esplai de una amiga mía. Lo pasé mal. Lo pasé muy mal. No me gustaba el grupo porque no sentía que yo les gustara a ellos. Y mi amiga parecía tener más ganas de integrarse que de estar por mí. Al final tenía tantas ganas de irme que le lloraba a mi madre por teléfono. A los monitores les decía que me encontraba mal y que me dolía el estómago, y ellos me daban pastillas cuyo nombre quizá podría reconocer ahora. Volví a Barcelona una semana antes.
Eso es un indicio.
Existe una relación muy estrecha entre mi estado emocional y mi estado físico, por culpa de mi estómago, de una forma que hasta asusta.
Este cuatrimestre he tenido mareos, dolores de barriga, problemas intestinales, me ha bajado la tensión y he odiado en varios millones de ocasiones a la gente que me rodea, al lugar en el que estudio y a lo que estudio, entre otros.
Esta mañana se me ha ocurrido establecer una relación entre el principio y el final de la frase anterior.
Me gusta pensar que gracias a eso siempre me resultará mucho más fácil que a los demás hacer cosas que no me gustan en absoluto.
Y que lo habré conseguido.
El continente, que no el contenido, dedicado a Marina, la plasta.
3 comentarios:
Més enllà de l'al·lusió a la meva persona com a "plasta", et diré que a tot porc li arriba el seu Sant Martí. I això és aplicable a persones (convertint-se així en una expressió una mica desagradable) i a situacions concretes.
Ale, aquí ho deixo.
pS: merci per la dedicatòria ;)
El títol del post es de clase magistral de "blogger avanzado", no m'ho havia fixat fins avui.
Agafa't un therapy pillow pel viatge..
Visca els quadrismestres de merda que ajuden a marxar una temporada ben lluny!! Aix ai quina emoció!
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