Debería estarse uno preguntando a cada momento '¿Es esto lo que quiero hacer con mi vida?'. Parece que es tan fácil dejarse envolver por lo que a uno le rodea, un día haciendo una excepción, otro día cediendo por cortesía, y al tercero olvidándose de la idea inicial, sin siquiera darse cuenta del durante y del después.
De pronto un día, del fondo del cajón, o de un blog olvidado, le sale a uno el recordatorio de golpe, cual sello en la frente que le deja atolondrado. 'Es verdad, yo quería eso para mí...' ¿Y qué ha pasado? No sé, se me debió olvidar. Y de la forma más tonta nuestra vida no es lo que creíamos que habíamos empezado a hacer de ella, y nos viene un gusto amargo a la boca.
Me falta algo.
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