sábado, mayo 27, 2006

Entrevista a Elisabeth G.Iborra

¿Qué tienen en común una generación que usted sitúa entre los 23 y los 44?
El tipo de relaciones afectivas que establecen. La historia que vive un chico de 25 se puede parecer mucho a la de una mujer de 40, sobre todo porque no hay un tipo de relación determinada como antes, hay mil variedades.

Pero si hay libertad de elección, ¿por qué hay más fracasos?
Cuanto más puedes comparar, más cuesta decidirte. Te preguntas: ¿y si el siguiente es mejor?

Dice en su libro que se está viviendo un momento de transición. ¿En qué consiste?
En encontrar un modelo nuevo para ser felices y abandonar la presión del patrón clásico, que nos dice que tenemos que tener pareja, ser madres, ser supermujeres.

¿Es la segunda liberación de la mujer?
Nosotras somos las herederas de los años 70, pero la liberación todavía no está desarrollada. Tenemos que rebajar el nivel de autoexigencia que está provocando mucho estrés y ansiedad. Tampoco podemos pedirles a los hombres que sean perfectos, y lo hacemos.

¿Qué papel tiene el hombre en este momento?
Está muy perdido. Hay muchos tipos de mujeres, y cada una quiere una cosa. a veces se les exige mucho y se están dando casos de anorgasmia masculina.

¿Qué haría falta para mejorar las relaciones? ¿Hay esperanza?
Yo creo que sí. Primero hay que empezar por uno mismo, luego saber expresarlo, y finalmente sacarnos todos los tópicos establecidos sobre qué quieren los hombres o las mujeres. Todo ha cambiado. Yo, por ejemplo, no busco casarme.

¿Es un libro de autoayuda?
No, en absoluto, porque yo creo que cada uno tiene que hacer su camino, aunque el lector se puede identificar con los testimonios, darse cuenta de que se trata de un problema generacional y también encontrar algunas pistas en las explicaciones de los expertos.

¿Una pista?
Si aceptásemos que somos polígamos por naturaleza, seríamos mucho más felices y dejaríamos de sentirnos culpables cuando somos infieles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues vaya solución!!!