martes, julio 04, 2006

Soy ordinaria porque el mundo me ha hecho así o Es un asco tener las tetas grandes

Me disponía esta mañana bien temprano a ir lo que se dice de rebajas, antes de que esas personas ansiosas de gangas, que no tienen sentido de la ubicación en el espacio puesto que se mueven guiadas solamente por el criterio de la distancia más corta entre ellas y la prenda más divina (que no es la linea recta, sino el camino por el que más pueden molestarte cuando tú intentas abrirte paso precariamente hacia la salida), y tenía en general bastante claro lo que quería comprar. Y hete aquí que para el buen entendimiento de la historia os voy a decir lo que quería comprar: 2 sujetadores, alguna camiseta, algún pantalón guarro para trabajar a lo bread dealer y algún pantalón bonito y frescucho para el verano.
Resulta que después de muchos años de disputas con merceras en general y decepciones y frustraciones varias, el sitio en el que encuentro más fácilmente los sujetadores que mejor me van es, muy a mi pesar, El Corte Inglés. Es lo único que por norma me permito comprar en esa tienda. El proceso es, desde que encontré el modelo que uso, el mismo:
- Talla "x", de Chantelle.
- Emm... sí.
- Sigue sin haber ningún modelo nuevo, ¿no?
- Sí, sólo hay este en esa talla.
Aha. Esta vez, y demos por ello gracias al Señor, además de los colores de siempre (negro, visón y crema) había blanco, rosita y una especie de marrón.
Pues venga, un poco (más) de lo de siempre. Aquéllos y/o/u aquéllas que tengáis la dichosa fortuna de conocer más de uno de mis sujetadores, os apercibiréis de que, sí, todos son absolutamente iguales, con la única variación de colores y fechas de compra.
Coste de la broma: 86.40 eurazos.
Después me he ido por tiendas varias y finalmente he acabado con 3 camisetas del Decathlon (2 de las cuales no me van bien porque, cansada de compritas, las he cogido a ojo, y menudo ojo tengo yo), 5 braguitas (por qué lo llaman braguitas cuando quieren decir bragas) y 2 jerseicillos.
Suma del coste de la segunda parte de la compra: 56.1 euros.
Entre el dinero que me he gastado, que ya estaba cansada y que ya era mediodía y las colas ante las cajas de las tiendas empezaban a ser más largas de lo tolerable para mi integridad física y mental, me he ido a casa. Sin pantalones guarros para el curro y sin pantalones frescuchos y bonitos para el verano. Pantalones guarros he encontrado unos cuantos, y baratos, pero no me convencían. Y de los otros he encontrado algunos, por un precio que oscilaba entre los 19 y los 24 euros (con sus 90 céntimos detrás, of course). Quizá 19 o 24 euros por unos pantalones no son muchos, pero después de lo que ya me había gastado no me apetecía dejarme ese dinero, otra vez, en alguna de las maravillosas tiendas de Inditex o de Simon&Garfunkel, o sea, H&M.
Y, por fin, he aquí el planteamiento: si con 56 euros me puedo comprar 2 jerseis bien hermosos, 5 bragas bien majas y 3 camisetas, 2 de las cuales tengo el lujo de rechazar, con 86 euros más... me podría haber quedado a gusto de narices.
Y he aquí la injusticia: ¿por qué otra tía que disponga de un surtido más amplio de sujetadores podría comprarse jerseis, camisetas, bragas, y, además, pantalones cutres, pantalones bonitos, y un etcétera tan largo como a la tía le diera la gana o a su dinero le diera de sí?
Respuesta: porque esa tía tendría las tetas más pequeñas que yo.
¿Y no hay ayudas económicas para mujeres con pechos grandes?
En fin, mi madre me ha dicho que podría intentar mirar en algún otro sitio que no sea El Corte Inglés, y quizá tenga razón.
Si alguna otra mujer bien dotada le da la razón a mi madre y finalmente concluimos en que pago ese dinero por la comodidad de saber que si voy al corte inglés me va a ir bien lo que compre, que me lo comunique. Mis pechos y yo se lo agradeceremos.